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18 Entonces él tomó su parábola, y dijo:

Balac, levántate y oye;

Escucha mis palabras, hijo de Zippor:

19 Dios no es hombre, para que mienta;

Ni hijo de hombre para que se arrepienta:

Él dijo, ¿y no hará?;

Habló, ¿y no lo ejecutará?

20 He aquí, yo he tomado bendición:

Y él bendijo, y no podré revocarla.

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